Midiclorianos: determinismo biológico en Star wars

Los midiclorianos hacen acto de aparición por primera vez en la saga de Star wars en La amenaza fantasma (1999), la primera de las últimas tres películas estrenadas. Se trata de “formas de vida microscópicas que viven simbióticamente en las células de todos los seres vivos”. Por lo visto Lucas se inspiró en las mitodondrias y en formas de vida bacteriana que existen en la naturaleza, pero los midiclorianos fantásticos tienen una función mucho más crucial en el universo de Star Wars: relacionan a los humanos con “la fuerza”.

El problema es que todos los humanos no poseen una concentración similar de “midiclorianos”. Hipotéticamente los niveles varían entre los 2500 midiclorianos por célula en una persona normal, hasta niveles muchos más altos en los “Jedi”, llegando a los 20000 de Anakin Skywalker, cuyo nacimiento virginal se atribuye justamente a estos microorganismos: “No hubo padre, simplemente sucedió”.

Se suele decir que Lucas guardó la idea de los midiclorianos durante dos décadas, pero esto es difícil de confirmar. Lo cierto es que recuperó la ocurrencia en el momento oportuno, en una década (los noventa) donde la genética comenzaba a tener un gran protagonismo popular. Recordemos que el proyecto “genoma humano” se inició en 1990. Y que la clonación de la “oveja Dolly” se dió a conocer al público en 1997. La idea, nueva o antigua, redondearía una insinuación que ya aparecía en la trilogía original ("The force is strong in my family"), como me recuerdan en Twitter, proporcionando algo así como una explicación para los mecanismos biológicos próximos.

La gente que odia la ciencia-ficción naturalmente detesta los midiclorianos. No soportan la idea de que un hecho espiritual ("la fuerza") descanse en un vulgar hecho físico y reprochan que Lucas restara algo de “misterio” a la saga. Con los midiclorianos en escena, las cualidades de los Jedi ya no se explican sólo por el adiestramiento sino también por la genética, por la biología. Los caballeros Jedi introducen así un principio aristocrático y hereditario, que en apariencia contrasta con los ideales "republicanos" y "democráticos" de toda la saga. Pero esta ideología política “mixta” al fin y al cabo no deja de ser consistente con las tradiciones políticas inglesas, frente al igualitarismo radical de las tradiciones continentales.

En resumen, resulta que en el corazón de la saga de ciencia-ficción más conocida del cine están las diferencias raciales humanas. Diversidad biológica humana, en este caso imaginaria.

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