El tumulto estudiantil

Los historiadores discuten sobre si la célebre pragmática de Felipe II de 1559, impidiendo la salida del país a los estudiantes españoles (primero a los castellanos, y luego a los aragoneses) se debió al intento del monarca de frenar las aspiraciones de los jesuitas o bien a una medida de protección contra las influencias protestantes en España. El propio monarca, sin embargo, justificó la decisión por razones morales, tal y como explica Geoffrey Parker. Por lo visto los estudiantes españoles se habían labrado una fama discutible en los colegios europeos y el rey católico supuso que su medida ayudaría a salvaguardar las buenas costumbres.

Una de las conclusiones más interesantes de este artículo de Xavier Pericay es que el tumulto estudiantil es anterior a la democracia. Las turbas estudiantiles no ocurren sólo en dictaduras o monarquías absolutas, también tienen lugar en "democracia", insinuando que la historia del tumulto juvenil es profunda, aunque quizás ahora esté siendo estimulada por la burbuja académica, por la competencia intraelite tan bien analizada por Peter Turchin y por la creciente incapacidad del estado para seguir financiando a estudiantes mediocres. Por otra parte, los conflictos entre adultos y jóvenes, o incluso entre padres e hijos, no son difíciles de explicar en un marco evolucionista. Más bien se trata de conflictos rutinarios.

Prácticamente no hay persecución tumultuaria en la historia profunda o reciente a la que no se hayan sumado con entusiasmo jóvenes estudiantes. Desde el fascismo a las protestas contra la sociobiología, los tumultos estudiantiles siempre han estado ahí. Si no es reprimida, como bien apunta Pericay, la turba hace cosas de turba:

El Periódico

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