¿Son las chicas demasiado normales? Diferencias de sexo en inteligencia*

He aquí una instantánea de la conferencia de Ian Deary “Diez cosas bastante interesantes sobre los resultados de los test de inteligencia” (Enseñando inteligencia), que trata de mostrar la diferencia en la distribución de los resultados de la inteligencia de chicos y chicas. El punto de mayor interés es que incluso donde los chicos y chicas poseen exactamente los mismos niveles de intelecto, las diferencias en desviaciones standard tienen un considerable impacto en los extremos, y hay más chicos cuanto más extremos son los extremos. Los hallazgos a la edad de 11 años pudieran servir para explicar las proporción de sexos observada en las ocupaciones vitales posteriores, o tal vez sólo parcialmente.



Si, al igual que yo, te cuesta entender el gráfico, echa un vistazo a esta nueva versión:




Empezando por la izquierda, puedes ver que los niños que poseen una media de CI de 60 (muy bajo) son un 58% de chicos y un 42% de chicas. En la media de 100 de CI hay un 48% de chicos y un 52% de chicas. En el CI de 140 hay un 58% de chicos y un 42% de chicas. He incrementado también el tamaño del eje Y, de forma que puedas ver un rango de 40 puntos de porcentajes desde el 30% al 70% en lugar del rango de 20 puntos en el original, lo que hace que la cosa parezca demasiado dramática. Ambos gráficos suprimen deliberadamente el cero (no muestran el rango total de porcentaje desde 0 a 100) para exagerar el efecto visual, lo cual es legítimo, puesto que de otro modo el efecto resultaría difícil de ver. Si te limitas a superponer una distribución del CI sobre la otra la diferencia resulta difícil de apreciar.

Debes recordar que en ambos gráficos hay muchos más niños en los valores medios (quizás deberíamos mostrar barras muy anchas aquí) y muy pocos en los extremos (quizás deberíamos mostrar barras muy delgadas). Las chicas son normales, los chicos algo menos. Los niños muy brillantes tienden a ser chicos en la proporción 58:42.

Esto muestra que las chicas predominan sobre los chicos en el centro del rango de la inteligencia, pero hay menos en los extremos, que es donde se tiende a encontrar ligeramente más a los chicos. Suponiendo que la diferencia entre chicos y chicas se mantienen en la vida adulta, entonces si se promociona laboralmente a los hombres y las mujeres basándonos totalmente en el mérito, y en iguales horas de trabajo, tendremos 58 hombres y 42 mujeres en los puestos de élite.

Por supuesto, este hallazgo también se relaciona con el debate sobre condición social versus condición genética. Es fácil argumentar que las restricciones sociales afectan a todas las mujeres, y que estas barreras sitúan las habilidades medias hacia abajo. Sin embargo, resulta que no existen diferencias sexuales en la media de inteligencia ni en 1932 ni más adelante, pese a los miedos en sentido contrario. Los chicos y las chicas poseen la misma inteligencia media, pero no la misma desviación standard (podemos debatir más adelante si los hombres y las mujeres poseen la misma inteligencia media).

Sin embargo, es menos fácil dar una explicación basada en la condición social sobre por qué las desviaciones standard de las chicas deberían ser más estrechas, dado que implicaría proponer una fuerza capaz simultáneamente de impedir que las chicas sean muy brillantes y muy torpes, y hacerlo de forma que se mostrase en un test hecho por niños sin la influencia de profesores o de la clase. ¿Qué es lo que impide simultáneamente que una chica brillante ofrezca una respuesta brillante o que una chica torpe ofrezca una respuesta torpe? Más aún, ¿cómo se podría hacer esto de forma tan sutil que estrechara la distribución de las capacidades de las chicas sólo de modo muy ligero?

También resulta muy difícil de explicar que la condición social afecte a la desviación standard en el tamaño del cerebro. El tamaño de una muestra formada por 89 sujetos normales es demasiado pequeño, pero el volumen total del cerebro tal como es medido por resonancia magnética revela resultados significativos. Los 42 varones poseen un volumen total cerebral de 1354 ± 111 ml. y las 47 hembras un volumen cerebral total de 1215 ± 105 (Reite et al. BMC Psychiatry 2010 10:79 doi:10.1186/1471-244X-10-79). Por cierto, no estoy estableciendo aquí una asociación entre inteligencia y cerebro (aunque existe una significativa correlación positiva), sólo un enlace con los descubrimientos comunes de dimorfismo sexual.

Darwin consideraba que la mayor variabilidad masculina era un hecho, aunque de causa desconocida. Una mayor variabilidad sugiere, aunque no prueba, una causa genética. Sin embargo, dado que el efecto sólo es visible en los extremos, es importante asegurarse de que las muestra de los estudios son representativas. La muestra más representativa es toda una población, para asegurarnos de que los niños brillantes o torpes no se pierdan en el procedimiento de prueba. Wendy Johnson, Andrew Carothers e Ian Deary poseen las muestras completas de población de Escocia en 1932 y 1946 (Sex Differences in Variability in General Intelligence: A New Look at the Old Question. Perspectives on Psychological Science 2008 3: 518). He empleado sus datos en este post. También tienen una interesante discusión sobre si sus resultados son suficientes para explicar las diferencias observadas en las ocupaciones y logros de hombres y mujeres.

La proporción masculina a femenina en los puestos intelectualmente exigentes es más alta que la proporción observada a la edad de 11 años. Parte de esto se debe al hecho de que las medidas a la edad de 21 años podrían ser más representativas para los niveles adultos. Se ha sugerido que las chicas se desarrollan más rápido que los chicos, y que las ventajas relativas se vuelven a favor de los hombres a medida que alcanzan la madurez. En parte, las diferencias ocupacionales en la vida adulta se deben a que los hombres tienden a trabajar más horas y a valorar más sus carreras y su status sobre otros intereses. Controlando el tiempo invertido, las diferencias son pequeñas, y a veces favorecen a las mujeres. Es importante entender que los sexos tienen intereses diferentes. Volveremos a esto más adelante.

Por supuesto, el gran doctor Heim sabía todo esto hace 40 años, basándose en tests de inteligencia de estudiantes. El título del capítulo relevante puede juzgarse como demasiado peligroso para sensibilidades actuales, pero se trata de una broma.


* Publicado por James Thompson en "Psychological comments" y traducido aquí con permiso.

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